El poeta, filólogo, dramaturgo y actor de la compañía Ron Lalá se abrió en la conversación con Luz Palacio
El aforo de la sede del Ateneo de Almagro se completó este sábado para celebrar el cierre del curso en la segunda entrega de sus «Versos libres a plena Luz» con la ilustre visita del poeta, filólogo, dramaturgo y actor de la compañía Ron Lalá, Álvaro Tato. Desde el primer minuto de conversación con Luz Palacio, vicepresidenta del Ateneo y conductora de estas citas de conversación teatral que ya se han convertido en imprescindibles durante la celebración del Festival de Almagro, Álvaro Tato se mostró tremendamente generoso en sus respuestas, hablando a los amigos ateneístas con una sinceridad y belleza apabullantes.
Luz supo abrir magistralmente una primera puerta directa al corazón de Tato, invitándolo a hablar de su madre, de sus padres, y de Almagro, una «matria» que el invitado aseguró sentir como suya, rememorando sus primeras visitas al corazón del Campo de Calatrava de la mano de Luis Molina y Elena Schaposnik, recordando días y «noches de quijotismo» y asegurando que «Almagro es el único sitio, además de Alcalá y Madrid, en el que hemos representado todos nuestros montajes».
Tato sedujo con su verbo a un público que escuchó con un silencio atronador sus experiencias y reflexiones, en las que se abrió de par en par para compartir con generosidad opiniones, formas de entender el teatro y la vida, y recuerdos de toda su trayectoria. Habló de la escuela que ha sido para él el escenario, de Ron Lalá, de Yayo Cáceres, de Helena Pimenta, y de poesía. De hecho leyó algunos de los sonetos publicados en algunos de sus poemarios, y reconoció que se siente, sobre todo, un poeta. Como cierre expresó que son y significan para él los clásicos, opinando que «hay que tratar a los clásicos con respeto pero sin reverencia», y aseguró que el modo de hacer teatro de Ron Lalá ha conseguido buscar y volver a traer el origen, la esencia del teatro barroco, con personajes como el actor Juan Rana, protagonista del montaje con el que la compañía aterriza este sábado y domingo en la Antigua Universidad.
El aplauso final para Álvaro Tato fue rotundo y sincero, poniendo un punto y final especialmente brillante a las actividades del Ateneo de Almagro en este curso 19/20 tan atípico y extraño. José Antonio Prieto, presidente del Ateneo, deseó a todos un feliz verano y aseguró que si todo va como debe, en octubre volverá la actividad a esta asociación cultural almagreña.