La investigadora centró su charla en el tema de estudio de su tesis doctoral: la simbiosis entre bacterias fijadoras de nitrógeno y plantas leguminosas
El Ateneo de Almagro ofreció este jueves una nueva propuesta dentro del programa Almagro CIC (Crea, Investiga, Comparte), con una conferencia sobre «Los microorganismos del suelo: la base y el futuro de la agricultura», protagonizada por Carmen Sánchez Cañizares, investigadora en el Departamento del Plant Sciencies de la Universidad de Oxford, y Presidenta de la Sociedad de Científicos Españoles en el Reino Unido-CERU. Fue la tercera conferencia enmarcada en el proyecto Almagro CIC, que pretende dar voz a los jóvenes talentos que, de una manera u otra, tienen algún vínculo con la localidad.
Maru Ginés, coordinadora de este proyecto explicó que la intención es dar cobertura a esos jóvenes que están conectados con Almagro, darles cabida y ser una plataforma de difusión del trabajo que están realizando. «Dar lugar en un futuro a colaboraciones, seminarios o charlas que puedan dar entrada a otros compañeros que estén investigando en la misma dirección», aclaró.
A continuación, cedió la palabra al catedrático y profesor de la ESIT Agrónomos Francisco García Navarro, reciente coordinador de la sección de Ciencia y Tecnología, quien explicó que «la labor más importante de los ingenieros agrónomos en estos tiempos venideros, es conseguir producir una mayor cantidad de alimentos cada vez con menos recursos» y fue el encargado de presentar a la protagonista de la charla, Carmen Sánchez, detallando su amplio currículum: la ponente es Ingeniera Agrónoma con máster en Biotecnología Agroforestal. Realizó su doctorado en Biotecnología de Plantas y Microorganismos en el Centro de Biotecnología y Genómica de Plantas con una estancia en el Institute for Genome Sciences (University of Maryland, Baltimore, USA). Ha impartido clases de biología como docente en The Queen’s College durante tres años y actualmente forma parte de Kellogg College como «college advisor». Actualmente trabaja como investigadora postdoctoral en el Departamento de Plant Sciences de la Universidad de Oxford y es presidenta de la Sociedad de Científicos Españoles en Reino Unido (CERU).
El eje principal de la charla se centró en el tema de su tesis doctoral: el estudio de la simbiosis entre bacterias fijadoras de nitrógeno y plantas leguminosas. Un proceso que contribuye a la mejora de la fertilidad del suelo sin la utilización de fertilizantes químicos y es la base de la incorporación de leguminosas en el ciclo de rotación de cultivos en agricultura. Para hablar de ello, comenzó su ponencia haciendo referencia al mauor reto que tiene hoy en día la agricultura, que es el creciente aumento de la población mundial, pues «para sostener este número de gente, se estima que habrá que producir un 70% de alimentos más de los que ya se producen. Por lo tanto, hay que optimizar los recursos y consegui que la producción agrícola sea lo más eficiente posible».
La importancia del nitrógeno
La importancia del nitrógeno fue el centro de la ponencia. Este gas es la fuente de cualquier elemento de vida. «Es esencial para el crecimiento de las plantas, cuando carecen de nitrógeno las plantas no pueden crecer y los cultivos no dan buen rendimiento. Para ello, se utilizan los abonos y los fertilizantes químicos», aclaró la profesora. Los orígenes del abono comercial se remontan al S.XIX, y se trataban de excrementos de aves marinas, a los que se le denominaba «guano» y posteriormente, aparecieron los fertilizantes químicos descubiertos por Haber y Bosch. Explicó que estos fertilizantes se utilizan a día de hoy en cualquier parte del mundo y son los que sostienen la producción alimentaria.
Sin embargo, esto tiene su parte negativa, tal y como explicó Sánchez. Estos fertilizantes provocan un gran impacto ambiental, pues contamina las aguas subterráneas y además, también tiene un gran impacto humano, pues se producen emisiones de óxido nitroso, un peligroso gas de efecto invernadero y algunos países no tiene los medios para poder esparcir estos fertilizantes sin sufrir daños.
Para solucionar estos retos, dejó claro que la respuesta está en la naturaleza. La relación entre bacterias y plantase es muy beneficiosa, pues la planta alberga bacterias del suelo, y en su interior ocurre el fenómeno de conversión de nitrógeno que se fija en los nódulos de la raíz. Este proceso se conoce como fijación biológica de nitrógeno y es la base de la rotación de cultivos y reduce el uso de fertilizantes químicos. «Es una asociación muy específica, la planta tiene que encontrar a su correspondiente bacteria y a la inversa», explicó.
A continuación, aclaró las diferentes leguminosas que pueden realizar este proceso, como los altramuces o los guisantes, así como el funcionamiento de la relación de estas a nivel molecular. Además, explicó cómo se seleccionan estas bacterias, «tiene que ser la que llegue antes y produzca un mayor crecimiento de la planta. Las bacterias convierten el nitrógeno de la atmósfera en fertilizante biológico», aclaró la investigadora.
En su laboratorio, actualmente colaboran con varios países para encontrar estas bacterias beneficiosas para la planta a través de ensayos y técnicas que les permiten distinguir a simple vista qué bacteria es la más competitiva.
El futuro de la agricultura
La ponente habló también del futuro de la agricultura, explicando que se pretende desarrollar una agricultura personalizada. Es decir, que cada agricultor tenga un informe de las bacterias y microorganismos que tiene su suelo, para que pueda saber las necesidades de este y el tipo de fertilizantes que tiene que utilizar y, de este modo, sacar el máximo rendimiento.
A nivel de investigación existe un reto: «establecer el proceso de fijación biológica de nitrógeno en cereales, ya que son el cultivo mayoritario y, a día de hoy, se siguen utilizando fertilizantes químicos con el correspondiente coste económico y ambiental que conlleva». Al hilo de esto, Sánchez habló también de las investigaciones que se están llevando a cabo en diferentes laboratorios con enfoques completamente distintos para conseguir la fijación de nitrógeno en cerales. Sin embargo, aclaró que esto conlleva varios retos y explicó el tipo de tecnología que se utiliza en los tres laboratorios que llevan a cabo estas investigaciones.
Para terminar su ponencia, Carmen Sánchez, introdujo algunas curiosidades históricas sobre Haber y quiso aprovechar para agradecer a las fuentes de financiación y al Ateneo de Almagro por contar con ella para esta conferencia, dejando claro su pasión por la divulgación.
A continuación, y antes de pasar al turno de preguntas, el coordinador de la sección de Ciencia y Tecnología, Francisco García Navarro, expresó su admiración hacia la ponente y puso de manifiesto la importancia de la investigación para temas tan importantes como el tratado en la charla.
El encargado de cerrar la conferencia fue el presidente del Ateneo de Almagro, José Antonio Prieto, agradeciendo a la investigadora su participación y dando la enhorabuena al nuevo coordinador de la sección de Ciencia y Tecnología por su maravillosa «puesta de largo».