Organizado por la Sección de Música y Danza y dentro del marco del Proyecto Almagro CIC (Crea, Investiga y Comparte), el Ateneo de Almagro una vez más, dio voz y puso el foco de atención en el talento almagreño. Para ello viajamos hasta La Haya en Holanda, contactando vía Zoom con Almudena González Regueral, viola en el Koninklijk Conservatorium Den Haag (Real Conservatorio de La Haya). Almudena se formó en la doble especialidad de violín y viola en los conservatorios profesional “Amaniel” de Madrid y en el superior de Castilla y León en Salamanca, terminando con las más altas calificaciones. El coordinador de la Sección de Música y Danza, Alfonso Candelas, fue el encargado de presentar esta charla-coloquio recordando al público presente lo difícil que es en nuestro país hacerse un hueco profesional en el mundo de la música, y de ahí, la huida de talento que existe actualmente. La invitada comenzó la intervención hablando desde su propia experiencia y comparando lo vivido en Holanda estableciendo una relación de luces y sombras con el sistema español frente al holandés como la red de conservatorios profesionales de música repartidos por toda nuestra geografía y que forman a miles de estudiantes y que a posteriori, el propio sistema no defiende ni cuida de cara al mundo laboral. Mientras tanto en Holanda, la formación elemental en su gran mayoría tiene que ser privada, hasta que se llega a la universidad, donde la cantidad de puertas que se abren, la formación basada en la práctica, y la facilidad de tocar en formaciones de toda índole hacen tan atractivo a muchos músicos jóvenes. Esto estableció un debate entre la invitada y los asistentes poniendo encima de la mesa los problemas y carencias en las enseñanzas superiores en España y por el contrario lo bien estructurado que está en las enseñanzas medias, mientras que en Holanda lo podríamos resumir justo en lo contrario. Otro de los puntos que destacó la invitada fue el valor social que se le da al música no solo en Holanda, sino en toda Europa mientras que en España lo podemos sentir como desprecio desde la ignorancia. La ponente terminaba con el convencimiento que, de momento, su futuro no pasaba por volver a España, ya que las puertas y oportunidades que se le presentan en La Haya le invitan a ello.