Los parlamentarios de la primera legislatura autonómica Francisco Cañizares, Francisco Javier Martín del Burgo y Pedro Menchero, descubrieron una plaza conmemorativa en la iglesia de San Agustín
El Ateneo de Almagro ha culminado con éxito este martes los actos organizados para celebrar los 40 años de vida de la Preautonomía de Castilla-La Mancha, cuya constitución oficial tuvo lugar en Almagro el 11 de diciembre de 1978. Y para la ocasión se ha contado con tres parlamentarios autonómicos de la primera legislatura como invitados de honor, Francisco Cañizares de Lera (AP), Pedro Menchero (UCD) y Francisco Javier Martín del Burgo (PSOE), quienes compartieron sus vivencias, experiencias y opiniones con los asistentes que llenaban por completo el salón de plenos del Ayuntamiento de Almagro.
José Antonio Prieto, presidente del Ateneo de Almagro, y Francisco del Río, coordinador de la sección de Historia y Patrimonio de la asociación almagreña, intervinieron inicialmente para abrir este acto institucional que estuvo presidido por Pedro Torres, concejal de Cultura del Ayuntamiento de Almagro, y David Triguero, vicepresidente de la Diputación Provincial de Ciudad Real. Todos estuvieron de acuerdo en señalar que los cuarenta años de Democracia y coincidentemente de Autonomía han sido «los cuarenta mejores años de nuestra historia», recordando los avances y logros obtenidos en conceptos como “libertad, democracia, paz, progreso y prosperidad”, como apuntó José Antonio Prieto. Pedro Torres dijo sentirse “contento porque Almagro ejerciera de pila bautismal de la Comunidad Autónoma de Castilla-La Mancha”, y David Triguero quiso poner sobre relieve el ejemplo del “diálogo que supieron mantener en esa etapa constitutiva los responsables políticos”.
Francisco Cañizares, quien se mostró especialmente afectuoso con su compañero Martín del Burgo en el inicio de su intervención, y que al igual que el resto de invitados agradeció al Ateneo la celebración de estos actos, recordó que hace cuarenta años en el debate político “se imponía lo que no se había perdido nunca, el respeto, el reconocimiento y el afecto”, asegurando que “no se puede construir nada jurídica, social, filosófica y políticamente sin tener esos valores como referencia”. Martín del Burgo se expresó en términos parecidos a los de Cañizares insistiendo en que “escuchábamos al que pensaba de forma diferente”, antes de relatar cómo se sucedieron las reuniones definitivas en Cuenca, Toledo, Almagro, Guadalajara y Alcorcón para dar a luz al Estatuto de Autonomía de Castilla-La Mancha, en un proceso que no fue fácil, pero del que se mostró orgulloso porque “hemos sido capaces de levantar una sociedad mejor para nuestros hijos”, aseguró.
De algunas de esas dificultades habló especialmente Pedro Menchero, como la complejidad del proceso decisivo para dejar fuera de la región a Madrid e incorporar a Albacete, provincia que inicialmente se adscribía a territorio murciano. Y se hizo algunas preguntas en voz alta dudando sobre lo que hubiera ocurrido de incorporar a Madrid dentro de Castilla-La Mancha, o de haber realizado un referéndum aprobatorio de la Autonomía, «pero era tal la voluntad de todos los políticos y de los partidos implicados que, aunque no fue un camino de rosas, toda salió bien, muy bien”, remató Menchero.
Invitados, organizadores y asistentes, siguieron después el mismo camino que los protagonistas de la efeméride a celebrar, trasladándose a la contigua iglesia de San Agustín, ya que el lugar en el que se firmó el acta del 11 de diciembre del 78 fue el mismo salón de plenos municipal, pero la reunión de la asamblea constituyente se celebró en la desacralizada iglesia de San Agustín. Cañizares, Martín del Burgo y Menchero fueron los encargados de descubrir una placa conmemorativa de este aniversario, firmando posteriormente en el libro de honor de la ciudad.
Creo que la última reunión no fue en Alcorcón, sino en ALARCÓN