El escritor y ganador del premio Herrade de novela 2020 mantuvo un intenso coloquio, que discurrió entre lo literario y lo existencial
El pasado viernes, 16 de julio, tuvo lugar el espacio para «Memorias del Porvenir» en el Palacio de os Medrano, en el marco del Festival Internacional de Teatro Clásico de Almagro. El invitado especial a esta cita fue Luisgé Martín, escritor y ganador del premio Herrade de novela 2020, por su novela «Cien noches».
José Antonio Prieto, presidente del Ateneo de Almagro, fue el encargado de dar la bienvenida tanto a invitado como a todos los asistentes. En sus palabras, manifestó la satisfacción de la institución por la puesta en marcha de la iniciativa y, sobre todo, por contar para su presentación en la primera entrega con un autor de la talla de Luisgé Martín “Un escritor con talento, ingenio y oficio. Un escritor con argumento y fundamento. Y, desde luego, un escritor que escribe de frente y no deja a nadie indiferente”.
Seguidamente la coordinadora de la Sección de Literatura, Elena Arenas, hizo la presentación de la trayectoria profesional del escritor, y premio Herralde de novela en la pasada edición de 2020. Según la coordinadora, Luisgé Martín trata temas universales en sus novelas, que son desentrañados con vocación de conocimiento. «El autor nos invita a abrir la mente y a viajar de la mano de la literatura a mundos oscuros, poco transitados pero que, sin duda, se convertirán en una parte de la memoria del porvenir»
A continuación, Patxi Terrazas, Coordinador de la Sección de Política y Sociología, mantuvo un coloquio intenso con el invitado, que discurrió entre lo literario y lo existencial. Comenzaron hablando de su novela «Cien noches», que según el autor, «es una novela romántica, en la que lo que sobrevive y se defiende son aquellas cosas que acompañan a lo que entendemos ahora como amor romántico». Además, en relación con su novela, se hablaron de temas como la infidelidad, el sexo, el desamor o la tristeza.
Para finalizar, Patxi Terrazas, eligió una poesia de Lorca, con la que puso el broche de oro al distendido coloquio, que duró poco más de una hora.