Los invitados hablaron de su experiencia con este proyecto y las dificultades que se han encontrado. Al final de la presentación se realizó un breve coloquio con los asistentes

El Ateneo de Almagro ofreció este jueves la primera actividad programada en el mes de mayo, una presentación telemática del proyecto cultural y de emprendimiento de la Libreria Macondo, protagonizada por sus promotores Álvaro Briñas Barba y Jaime García Parras, ambos libreros en este espacio cultural, situado en Calle Feria, 2, en Almagro.

Elena Arenas, Coordinadora de la Sección de Literatura del Ateneo de Almagro, presentó a estos jóvenes almagreños. Álvaro, es graduado en Economía y con máster en Economía Internacional y Jaime, graduado en Historia del Arte y un máster en Patrimonio. Ambos son los creadores e impulsores de Librería Macondo. «Estos dos jóvenes nos han sorprendido con una iniciativa que no deja de ser singular en un mundo dominado por los soportes informáticos», afirmaba Elena Arenas, a lo que añadía que ya Quevedo se quejaba allá por el S. XVII y con tono burlón decía: «Es Madrid ciudad bravía que, entre antiguas y modernas, junta 300 tabernas y una sola librería». Hoy, tal y como aclaraba la Coordinadora de la sección, las librerías están amenazadas, no tanto por las tabernas como por los soportes informáticos y que las dificultades para mantener una librería de libros en papel roza casi el heroísmo.

A continuación, los invitados pasaron a explicarnos como se mueven en este terreno. En primer lugar, hablaron de cómo surgió el proyecto. «A nosotros siempre que hemos vivido en otras ciudades nos ha gustado mucho ir a librerías y, en Almagro, había un hueco que llenar ahí. Además, este local era muy bonito y está en una calle principal, así que nos lanzamos a ello», aclaraba Jaime. «Nosotros intentamos ponerlo lo más bonito posible, pero después era la gente la que tenía que responder y, la verdad, que los almagreños han respondido muy bien», añadía.

Para los impulsores de este proyecto, no existen libros mejores que otros, sino que han buscado que en su librería haya un poco de todo. «El hecho de que una persona se ponga a leer, ya sea Quevedo, Harry Potter o a Elisabet Benavent, es una buenísima noticia culturalmente hablando», aseguraba Álvaro. Además, aclararon que, bajo su punto de vista, la situación epidemiológica que estamos atravesando, no ha sido tan mala oportunidad para abrir una librería, pues mucha gente se ha aficionado a leer en los meses de confinamiento, buscando entretenerse y desconectar.

Otro de los aspectos que destacaron fue que una librería también se crea como un centro cultural, y que en Almagro se necesitaba una librería. Según Jaime, «en este centro cultural hay un intercambio de conocimientos, de gustos. Muchos de los libros que hemos traído nos los han recomendado, aunque otros tienen mucho que ver con nuestros gustos y formación académica pero, al final, ha sido la gente la que nos ha ayudado a formar lo que hoy en día es Librería Macondo».

Hablaron también de la lucha contra la centralización de las grandes ciudades, que fue otro motivo que llevó a estos jóvenes emprendedores a abrir una librería en Almagro. Pues, el abrir un comercio en su localidad puede servir de ejemplo para otros negocios y así, darle más vida a Almagro. «También se trataba un poco de que Almagro no se quede abandonado y, si de alguna manera, hemos podido motivar a alguien a abrir un negocio, nos contenta bastante», afirmaba Álvaro. Además, también les gustaría servir de ejemplo para otros jóvenes que abandonan Almagro por la falta de expectativas laborales, y les animaban a emprender.

Finalizando la presentación, también hicieron referencia a la frase de Quevedo con la que la coordinadora iniciaba la presentación. «La lectura y las tabernas son compatibles, pero que en Almagro no haya solo tabernas. Se han abierto muchos bares, pero muy pocos comercios de otros estilos», aclaraba Ávaro.

Por último, hicieron un breve repaso de toda la oferta de libros que existe en la librería y aunque hay secciones en las que son más especialistas, venden desde libros de cocina o deporte hasta comedias románticas o autoayuda. Además, aunque han sido los propios clientes quienes les han ayudado a confeccionar la oferta, querían que en la librería se viese también su personalidad, «que a través de nuestra oferta, también conozcas a los libreros», apuntaba Jaime para finalizar su presentación.

A continuación, comenzó el turno de preguntas y un breve coloquio en el que se trataron varios temas, como el origen de «Macondo», algunas sugerencias de cara al futuro, y muchas felicitaciones por el proyecto.

José Antonio Prieto, presidente del Ateneo de Almagro, cerró la presentación felicitando a estos dos jóvenes emprendedores, lo primero por el propio nombre de la librería y el espacio elegido para abrirla. Además, añadía que con su iniciativa abren una isla de esperanza para muchos, tanto para los residentes en Almagro como para la gente que visita la ciudad. «A muchos de nosotros todavía nos gusta acercarnos a las librerías, tocar los libros, olerlos, sentirlos… Es una iniciativa que nos va a hacer más libres, más cívicos y más felices al disfrutar de ese viaje que comenzamos cada vez que abrimos un libro», manifestaba en presidente de la Institución.

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