El Ateneo de Almagro (www.ateneodealmagro.org), dentro de la sección de Ciencias de la Salud, coordinada por el catedrático Juan Emilio Feliú, recibió el pasado viernes 20 de mayo la visita del psiquiatra Luis Beato Fernández para abordar una de las enfermedades más frecuentes tanto en los adolescentes como en los jóvenes en general: el Trastorno de Conducta Alimentaria.

Luis Beato Fernández es Doctor en Medicina y Especialista en Psiquiatría, un profesional con amplia experiencia clínica, psicoterapéutica, así como en gestión clínica y en la docencia. Ha sido el responsable de la puesta en marcha de la Unidad de Trastornos Alimentarios y de la Unidad de Hospitalización Psiquiátrica Breve Infanto-Juvenil del Hospital General Universitario de Ciudad Real, además de docente de la asignatura de Psiquiatría en el Grado de Medicina de la Facultad de Ciudad Real. Actualmente es el Jefe del Servicio de Psiquiatría del HGUCR.

El Dr. Beato explicó a los asistentes el Trastorno de Conducta Alimentaria (TCA) desde el punto de vista de la prevención terciaria, que se realiza cuando el paciente ya tiene la enfermedad y se procura evitar que empeore y se produzcan complicaciones.

El experto en Psiquiatría desarrolló los diferentes tipos de daño en los TCA previos al desarrollo del trastorno, como es el establecimiento del “vínculo” (haber sido sentido y visto como alguien importante y especial para los cuidadores) y la aceptación por el grupo de pares en los primeros años de vida. Asimismo, se refirió a los daños como consecuencia del trastorno, que producen la ruptura del propio proyecto personal, dejando secuelas como la ambivalencia con la figura de apego, la actitud de víctima y la búsqueda de la aceptación.

Finalmente, el doctor hizo referencia a la recuperación del tiempo perdido del paciente, una vez que este ya empieza a colaborar para poder salir de la enfermedad. En este proceso el paciente tiene que aprender a manejar los errores y las emociones, a adquirir una actitud “deportiva”, a vivir el presente, tener constancia en lo que importa, contar con los demás, descubrir los propios valores y desarrollar su propio proyecto.

El Trastorno de Conducta Alimentaria se considera la enfermedad psiquiátrica con mayor mortalidad en la adolescencia, por lo que es necesario prevenir y educar con anterioridad.

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