La Sección de Música del Ateneo de Almagro (www.ateneodealmagro.org), coordinada por Alfonso Candelas, organizó la actividad musical “Comentarios sobre la ópera La Traviata de Giuseppe Verdi”, que fue presentada por Manuel Biedma García, Director Técnico de División de Ingeniería Estructural en Acciona.

Según Manuel, La Traviata pertenece a la trilogía popular de Verdi, conformada además por Rigoletto e Il Trovatore. Es una ópera absolutamente original y audaz: se desarrolla en un ambiente urbano y en su presente histórico, y no sobre hechos pasados, leyendas o sobre hechos mitológicos; pone en escena la pandemia del siglo XIX, la turberculosis; y se trata de una obra a caballo entre el belcantismo y el verismo posterior, en la que Verdi utiliza recursos armónicos básicos, casi de estudiante de primero de armonía, y sólo con estos recursos es capaz de componer una de las mejores óperas de la historia.

El libreto es de Francesco María Piave, basado en La Dama de las Camelias de Alejandro Dumas hijo. Libro autobiográfico en la que el escritor plasma su relación con Marie Duplessis, cortesana (loreta) habitual en el París de mediados del siglo XIX. Una vez rota la relación, Marie fallece con sólo 23 años. Y Alejandro Dumas escribe la novela en sólo tres semanas, con un éxito total (más de cien reimpresiones y es traducida a más de cien lenguas)

Posteriormente realizó la adaptación teatral de la novela homónima que enganchó a Verdi.

En la ópera Verdi reivindica a la mujer caída y que por amor se redime, quizás en homenaje a la genial soprano Giuseppina Strepoppni, mujer inteligentísima que tuvo en su vida un periodo turbulento del que resultaron dos hijos ilegítimos, y con quien tenía una relación que mantuvo hasta el fin de sus días.

Verdi, además, unifica la estructura dramática con la estructura musical de manera simple, directa y eficaz, de manera que el alcance de la idea musical (una melodía, un ritmo, etc.) no radique tanto en su propio valor como en su colocación dramatúrgica, en lo oportuno de su intervención.

La Traviata no expresa pasiones como en las óperas anteriores a ella, pasiones relacionadas con hechos históricos, leyendas o mitología. Lo que expresa son sentimientos. Se muestra a la heroína (Violetta Valéry) en su intimidad, sin la mediación del mundo de fábula que la naturaleza del melodrama comportaba. Sin duda, la fuerza de la que habla La Traviata es el amor en mayúsculas. La Traviata reivindica el amor absoluto, más allá de las convenciones o de las normas sociales.

En esta ópera los musicólogos nos dicen que el secreto expresado por Verdi en su música, música que va más allá que el libreto, es que de lo que realmente muere La Traviata es de amor. Amor, que como dice el libreto, es el latido del universo entero, misterioso, altivo, tormento y deleite del corazón.

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